sábado, 25 de febrero de 2012

Carretera y manta...

Y otra vez llegó... Ese triste día en el que toca cerrar la maleta cargada de bartulos y de emociones y decir adiós, o quizás hasta pronto, ya esta aquí. El final de la aventura no se ha hecho esperar y ha llegado como siempre para entristecer y aflorar miles de sentimientos que la rutina había adormecido. El tren me espera, no se le ha olvidado que lo cité para devolverme a la realidad y estoy dudando si es realmente lo que quiero. Sea como sea toca enfrenterse de nuevo a esa situación incierta y desesperanzada que había dejado en un cajoncito antes de venir, y no sé yo si esta vez nos llevaremos bien.

He vivido en una nube durante este sanador mes. Me llevo miles de gratificantes experiencias, la amistad de gente muy especial, algún que otro sinsabor que prefiero tachar del diario y miles de mariposas que han habitado en mi estómago durante este tiempo. ¡Gracias Madrid! por todo esto y mucho más. Gracias por enseñarme que no hay que tirar la toalla jamás de los jamases y que aunque el viento sople en contra agarrándote fuerte no conseguirá tirarte.

Mi alma errante continuará dando banzados hasta que encuentre su hueco, aunque me huele que lo voy a tener que cavar yo. Mientras seguiré disfrutando de las satisfacciones que aporta la vida nómada que comencé cuando cumplí la mayoría de edad. De experiencias se nutre el hombre y de ellas quiero seguir alimentándome.

"Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."





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